El fin de semana pasado estuve en Sofía. Me sorprendió la pobreza que aún se respira en la ciudad. La huella comunista está impresa en toda la capital búlgara. Las casas, desconchadas; muchos pobres en las calles; y un aire gris que no estoy tan segura de que se debiese al clima... De todas formas, creo que es una urbe con mucho potencial y que si emplean bien los fondos de la UE, volverá a brillar de nuevo. Por algo es una de las ciudades más antiguas de Europa y en el s. IV a C. el emperador Contastino afirmó que Serdika- Sofía- era su Roma. Merece la pena la visita por la amabilidad de su gente y por los pequeños tesoros que se pueden descubrir callejeando.
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