jueves, 29 de enero de 2009

Auf wiedersehen, Wien!

Ha llegado el momento de cerrar esta aventura vienesa y la verdad es que cuesta hacerlo. El capítulo se ha hecho corto y ojalá quedasen algunas páginas más para poder seguir descubriendo los encantos de esta ciudad, pero no puede ser. Viena es ya parte de mi historia y atesoro infinitos recuerdos que me llevo en mi equipaje. En ella se quedan amigos y rincones especiales, y algunos momentos importantes del viaje que es mi vida. He de decir también que el tiempo aquí no hubiese sido lo mismo sin esas visitas con sabor a queso, embutido y Cola Cao, que han mitigado la nostalgia.

La ciudad se ha vestido de blanco para despedirnos y nos ha brindado una de las estampas más bonitas de las que hemos disfruado durante estos meses. Las despedidas nunca me han gustado, pero al menos ésta no me deja un sabor amargo. ¡Hasta siempre, Viena!

2 comentarios:

365 sonrisas dijo...

Las despedidas siempre son tristes. Suerte para la nueva puerta que se abre. Estoy segura de que también será muy especial. Un besazo y cuéntanos pronto

in-nocent dijo...

Como diria un buen amigo... vamos cerrando círculos, pero cuando uno se cierra inmediatamente se abre otro ;)
Ya me han contado que ahora estás en tierras más cálidas, y que la comunidad becarial está preparando ya una visita, a que, seguramente, gracias a Ryanair yo me apunto!
Suerte!