lunes, 17 de noviembre de 2008

Mercados de Navidad



Desde el sábado pasado, los mercados de Navidad de la ciudad están abiertos. Ese día el alcalde de Viena inauguró la temporada en el mercado que se encuentra a las puertas del Ayuntamiento. En Austria, estos mercados reciben tres nombres distintos: Weihnachtsmarkt, Vorweihnachtsmarkt y Adventsmarkt. Existe un cuarto nombre que sólo se utiliza para el mercado que se encuentra en la Rathausplatz (la plaza del Ayuntamiento): Christkindlmarkt. La verdad es que merece la pena visitar cualquiera de los mercados de la ciudad, pero si sólo tenéis tiempo para acudir a uno, os recomiendo este último. La decoración de la plaza es realmente espectacular, las ventanas del consistorio albergan el calendario de adviento y es aquí donde se encuentra el tradicional abeto de Navidad, que cada año proviene de una región distinta de Austria. Este año le ha tocado el turno a Viena, que ha aportado un abeto que mide 27 metros y tiene 170 años. Esta tradición sólo se rompió en 2003 cuando Liechtenstein regaló a la ciudad el árbol de Navidad con motivo de la reapertura del Museo Liechtenstein en Viena.


Los mercados de Navidad abren sus puertas el tercer fin de semana de noviembre, pero los preparativos comienzan en septiembre, ya que tienen que repartirse las localizaciones de los diversos puestos (Standeln) que se extienden por las distintas plazas de la ciudad. En ellos se pueden adquirir desde los adornos navideños hasta comidas y bebidas, entre las que destacan los dulces y el famoso Glühwein (vino caliente especiado). Hay algunos objetos cuya venta no está permitida en este tipo de mercado; este es el caso de los juguetes bélicos. Hasta Nochebuena, cientos de miles de personas visitan los mercados de Navidad y, desde el uno de diciembre hasta el 24, las ventanas del Ayuntamiento van descubriendo las figuras que se esconden tras los días del Calendario de Adviento. Asimismo, el consistorio habilita uno de sus salones para que los niños puedan jugar, hacer manualidades y cocinar galletas, mientras sus padres recorren los puestos del mercado.


Los españoles somos muy escépticos ante el Glühwein, pero es algo que ha de probarse porque forma parte de la tradición de mucho países de Centroeuropa y es cierto que en los días fríos de invierno ayuda a entrar en calor. Aquellos que no les gusta el vino siempre puden tomarse un ponche caliente. Dicen que el mejor de la ciudad lo ofrece uno de los puestos del mercado del Campus universitario de la alte AKH.