miércoles, 24 de septiembre de 2008

Victoria Diehl

Esta tarde, a las 20 h, Victoria Diehl inaugura la exposición “Frías, frágiles, durmientes” en la sede de la Fundación Caixa Galicia de Vigo. Pese a su juventud, esta artista gallega lleva ya un largo recorrido a sus espaldas con diversas exposiciones colectivas e individuales y la concesión de varios premios. En abril del año pasado, visitó Viena con la exposición “Leben und Tod der Statuen” en el Instituto Cervantes de esta ciudad.

Nadie mejor que ella para definir su obra. Esto es lo que dice de su trabajo “Vida y muerte de las estatuas”.

La imaginación, mitos y leyendas han jugado muchas veces con la ambigüedad, tanto de las imágenes que se vuelven reales como en el caso inverso, cuando es el propio ser vivo el que se vuelve imagen. El cuerpo esculpido esta situado en una zona indeterminada entre los vivos y los muertos. Toda escultura existe en el tiempo, en el sentido de que permanece y envejece, lo que puede hacer mejor o peor.La patina puede dar a una obra una especie de acabado suplementario que no tenia al principio. Pero el cardenillo hace perder al bronce un resplandor necesario para la perfección de las formas, el hierro se enmohece, la piedra puede padecer enfermedades, las obras se degradan y acaban por destruirse. Una escultura puede morir.Con el paso del tiempo las estatuas envejecen y sufren agresiones, mutilaciones y el desgaste de la propia materia que las constituye; pero este envejecimiento no es consecuente con ellas, pues son realizadas para permanecer eternamente jóvenes, y sus caritas alegres y coquetas, permanecen inexpresivas ante su deterioro. Sin embargo, las seguimos admirando sin darnos cuenta de lo agresivas que resultan estas imágenes, privadas de vista , tacto y de extremidades. Aquí se muestra el padecimiento de las estatuas. Presento a las esculturas de manera que, ante la gran similitud con un ser humano seamos capaces de conmovernos, de llegar a una idea mental de que estamos directamente frente a algo vivo; pretendo llevaros al momento de la metamorfosis -que existe, no obstante, en nuestra mente - en el que al admirarlas, el cuerpo experimenta un cambio más fundamental como si deseara liberarse de su propio encierro material y escapar de los propios limites que le imponen las leyes de la naturaleza. En las fotografías se muestra como la carne y la piedra desafían la propia anatomía, la biología, el tiempo y la razón. Se disuelven o se funden en una única naturaleza, mezclándose las dos materias: cuerpo y objeto formando una única y enigmática criatura.


Si queréis seguirle la pista, podéis hacerlo aquí: http://victoriadiehl.wordpress.com/

1 comentario:

entre líneas dijo...

Me encantan, son unas fotos con una poética tan actual!